Servindi, 17 de noviembre, 2009.-

“Consideramos que no es realista alcanzar un acuerdo internacional vinculante que pueda ser negociado en Copenhague, ya que comenzará en pocos días”, declaró el viceconsejero de Seguridad de la Casa Blanca, Michael Froman.
Con esto, es oficial que la Casa Blanca no quiere respaldar ningún acuerdo que no sea refrendado por el Parlamento.
Por su parte, el gigante asiático sólo está dispuesto a actuar en la dirección de Washington y la misma posición adoptaron Indonesia y Japón, otros de las países generadores de dióxido de carbono.Como se sabe, el principal objetivo de esta cumbre es la firma de un convenio con pautas obligatorias para que los países más contaminantes del mundo reduzcan sus emisiones de dióxido de carbono, lo cual se vería frustrado con las recientes declaraciones de la Casa Blanca.
En lugar del convenio, propusieron un pacto en etapas que consiste en una declaración de intenciones, que postergará los compromisos obligatorios, tal vez, para la próxima conferencia prevista para 2010 en México.
Desde el anuncio del evento, se sabía que la suerte de la cumbre de Copenhague estaba en manos de EEUU y de China, que habían puesto como plazo la actual gira del presidente norteamericano, Barack Obama, por Asia para definir su postura.
Finalmente, el pacto no fue posible por la resistencia de Pekín y por la incapacidad del Congreso estadounidense para aprobar leyes que ayuden a disminuir los gases contaminantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario