Misión Nueva Pompeya, 1 de octubre de 2011.
Nuevamente destaca la odisea de los padres en un momento tan triste y no deseable como es la muerte de un hijo de apenas meses de vida. Cuando ocurre esta circunstancia, lo primero que se hace se recurre a la municipalidad para conseguir un cajoncito (féretro). Ante la ausencia de los funcionarios, y de que si no esta el intendente Vicente González, reelecto recientemente, la municipalidad se cierra, y no se atiende ni urgencias. Lo que sumado a la tristeza es inacción e indiferencia de quienes debieran atender y solucionar la necesidad de una familia dolida. La familia con escasos recursos tuvo que soportar todas las dificultades con el menor en la casa queriendole dar una digna sepultura, pero que no podía conseguir un cajón ya casi tres días. Nuevamente la solidaridad sobra aquí entre los wichí del impenetrable, que juntando moneda por moneda hasta completar lo que pide el carpintero que es el precio fijado para el cajoncito.
Es una triste nota, real y publica una verdad. El menor tenia tres meses, que no supera los tres kilos. ¿Será hambre, desnutrición? Porque las autoridades se oponen que existan estas verdades en las comunidades wichí del impenetrable...
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