miércoles, 18 de noviembre de 2009

Crónicas de un wichí desde el Impenetrable Chaqueño

Misión Nueva Pompeya, 24 de julio de 2009.


Por Zenón GONZALEZ - MOVIMIENTO WICHÍ, Por la Dignidad, Justicia y Paz

“…el día martes fui al hospital, a ver a mi mamá Rosa Supaz que estaba internada en el hospital.

En esos momentos en el pasillo del hospital, mientras esperaba para pasar, llega una señora, C. E. acompañada de una mucama, F. U. con una bebita de meses en sus brazos con mucha desesperación me dice “mi hija vomita sangre, desde ayer que estoy acá con mi hija, esta internada y no le dieron nada, dice el Doctor que no tiene nada…” Entonces le pregunté: Qué tiene. Me dice que se le nota que le cuesta respirar, hace fuerza para respirar. Miré a la criaturita como lloraba, sufría, daba unos manotazos desesperadamente, evidenciando una asfixia. Pensé de todo, que debe ser problemas respiratorios, pulmonar, bronquiectasia, Gripe A, pensé de todo. Pensé también por qué no le hacen una radiografía de tórax, otros estudios, derivar a otros centros y miles de interrogantes sin respuestas. Pero lo primero que hice fue llamar al enfermero R, conocido también desde la infancia, y le expliqué la situación, pero desesperado responde que “a esta criaturita hay que derivarla a Castelli, no puede estar así, ya le avisé al médico. Ya viene”. En esos momentos llega nuevamente la mucama preocupadísima, me llama y me dice: “Vení, y mirá”. Miré en el piso y era un charco de sangre, la beba vomitaba sangre pura, ya no lloraba. La madre en un intento desesperado de calmar, le pasa las manos en la carita, le hacía masajes en la espalda, le hablaba, y me dice: ya no tose más y no llora, con lágrimas en los ojos. Es una madre muy joven. Luego de un buen rato, como de media hora llega el profesional médico, me miró. Nos miró a los que estábamos allí, sin decir una palabra, saludó, sin demasiado protocolo, “Hola”. Entró en la sala, revisó, no minuciosamente y salió. Le pregunto al enfermero qué van a hacer y me respondió “dice que hay que derivarla”. Luego de eso la joven madre me dice que no tiene ninguna documentación y que la necesitaba. En ese caso mandé a mi sobrina a que fuera a buscar los documentos de la joven madre porque es necesario para la derivación. Se fueron a buscar. Y yo me retiré. Esa noche me quedó la imagen de la beba, un ángel, llorando y vomitando sangre, una madre joven desesperada, con lagrimas en los ojos, la frialdad del profesional, que ha estudiado y juramentado cuidar la salud, sin muestras de entusiasmo, ni de atención humana.
Hoy, viernes a pocos días, me dicen:

… la bebita, C. M. B. de pocos meses, murió esa noche fría, a pocos minutos después. También, esa noche murió un nene M. R., del Paraje Polenom, que estaba enfermo y no llegaba nunca la ambulancia, murió en la casa. Después de no sé cuántas horas llegó la ambulancia, pero el nenito ya había fallecido”.

Este comentario es con mucho dolor y tristeza, era presenciar una muerte, no sé si evitable, sólo DIOS sabe, pero correspondía en parte una atención humana, digna y cristiana.
Misión Nueva Pompeya - Chaco - Argentina.

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